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La mujer Leo

  • Foto del escritor: Renata Caceres
    Renata Caceres
  • 7 abr
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 10 abr

Ah, la mujer Leo. Esa criatura que parece haber salido directamente de un cuento de hadas, pero con un giro inesperado: ella no es la princesa que espera ser rescatada, sino la reina que ya tiene el castillo, el trono y un ejército de admiradores. Si estás pensando en conquistarla, prepárate para una experiencia que oscila entre un desfile de modas, una obra de teatro y un campo de batalla. Porque la mujer Leo no es solo una pareja, es un evento.


Primero, un aviso: si tienes problemas con los celos, mejor busca a alguien más. La mujer Leo probablemente tenga un álbum de recortes lleno de fotos de sus exnovios, entradas de conciertos y cartas de amor que podrían hacer llorar a un poeta. ¿Por qué lo guarda? Porque es una sentimental incorregible, y cada recuerdo es un trofeo de su reinado amoroso. ¿Quieres que lo queme? Buena suerte. Es más probable que te invite a admirarlo mientras te explica por qué cada uno de esos hombres fue afortunado de haber estado en su vida... aunque, claro, ninguno tan afortunado como tú.


En cualquier evento social, la mujer Leo es el centro de atención. No importa si es un baile de gala o una reunión informal, ella no solo entra en la sala, la conquista. Su carisma es tan natural como su necesidad de ser admirada. Si estás pensando en proponerle matrimonio, más vale que tengas algo más que un apellido común. Si no eres un conde, un marqués o, al menos, alguien con un título que suene importante, prepárate para que ella lo mejore.


Si quieres conquistar a esta reina, olvídate de los clichés. Nada de frases trilladas como "Qué guapa estás hoy". Ella espera creatividad, originalidad y, sobre todo, esfuerzo. Los regalos baratos o de mal gusto están prohibidos. ¿Flores? Sí, pero que sean exóticas. ¿Cenas? Claro, pero en restaurantes donde el menú no tenga fotos de los platos. Y, por favor, vístete bien. Si apareces con una camiseta arrugada y unos zapatos desgastados, no te molestes en tocar a su puerta. Ella no está buscando un plebeyo, sino un rey que pueda estar a su altura.


Aunque la mujer Leo ama el lujo y la comodidad, no intentes encerrarla en una jaula, por muy dorada que sea. Ella necesita espacio para brillar, explorar y, de vez en cuando, recordar al mundo por qué es la reina. Si intentas limitarla a ser solo una ama de casa, prepárate para ver cómo su brillo se apaga. Y créeme, no quieres eso. Dale libertad, pero no demasiada, porque aunque es independiente, también espera que tú seas lo suficientemente fuerte como para mantenerla interesada.


La mujer Leo es una paradoja andante. Puede ser dulce y cariñosa, pero también feroz y dominante. Puede reírse como una niña, pero en un segundo recuperar su porte regio y mirarte como si fueras un simple mortal que ha osado interrumpir su reinado. Es generosa hasta el extremo, pero también espera que tú le devuelvas el favor con halagos y adoración constante. ¿Es justo? Probablemente no. ¿Es fascinante? Absolutamente.


Como esposa, la mujer Leo es una joya. Siempre estará impecable, porque para ella, la apariencia lo es todo. No la encontrarás con rulos en el pelo y una bata vieja; ella prefiere gastar una fortuna en el salón de belleza antes que permitir que la veas en un mal día. Eso sí, prepárate para quejarte de los gastos en cosméticos y ropa, porque su guardarropa será digno de una estrella de cine. Pero, al final, todo valdrá la pena cuando veas cómo ilumina cualquier habitación con su presencia.


Como madre, la mujer Leo es un espectáculo en sí misma. Ama a sus hijos con una intensidad que solo una Leona puede ofrecer, pero también espera que se comporten como pequeños príncipes y princesas. Les dará todo lo que pidan, pero también les exigirá respeto y buenos modales. Y si alguien se atreve a criticar a sus cachorros, prepárate para ver a la Leona en acción, defendiendo a su prole con uñas y dientes.


La mujer Leo es leal... siempre y cuando tú lo seas. Pero no te confundas: su lealtad no significa que no disfrute de un poco de atención masculina de vez en cuando. Para ella, los cumplidos y las miradas admirativas son como el oxígeno. Sin embargo, si tú haces lo mismo, prepárate para enfrentarte a su lado más feroz. Porque, aunque ella pueda coquetear inocentemente, tú no tienes ese derecho. ¿Es una doble moral? Por supuesto. Pero, ¿quién dijo que la vida con una Leo sería fácil?


Si has logrado conquistar a una mujer Leo, felicidades. Has conseguido lo que muchos solo pueden soñar. Pero no te relajes, porque mantener su interés es un trabajo de tiempo completo. Ella espera que seas fuerte, seguro de ti mismo y, sobre todo, que la trates como la reina que es. Si puedes manejar su ego, su necesidad de atención y su amor por el lujo, tendrás a tu lado a una compañera leal, apasionada y absolutamente fascinante.


Y ahora, entre nosotros... ¿cómo lo hiciste? ¿Le regalaste un castillo? ¿Le escribiste un poema épico? ¿O simplemente te rendiste a sus pies y aceptaste que ella siempre tendrá la última palabra? Sea como sea, enhorabuena. Porque, al final del día, no hay nada como tener a una reina Leo en tu vida.


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